Funciones ejecutivas educativas
Las funciones ejecutivas son aquellas capacidades que permiten procesar la información, planificar, decidir y controlar las emociones de forma óptima. Entre ellas se distinguen: la inhibición, la flexibilidad cognitiva y la memoria a corto plazo.
El estrés, la tristeza, la soledad o una mala condición física pueden perjudicar el buen funcionamiento de la corteza prefrontal cerebral. De hecho, en una situación de estrés se pueden manifestar síntomas parecidos a los asociados al TDAH debido a la dificultad para pensar con claridad o ejercitar el adecuado autocontrol (Diamond y Ling, 2016).
La inhibición o autocontrol permite mantener la concentración la cantidad de tiempo requerido por la tarea y saber combinarlo con momentos de relajación y de distracción que permiten volver con mayor dedicación.
La flexibilidad cognitiva es la capacidad de analizar la situación desde nuevas perspectivas, cambiando el punto de vista, buscando alternativas ante las dificultades no esperadas y valorando las opciones. Demuestra buen control del pensamiento creativo.
La memoria operativa, o a corto plazo, permite mantener y utilizar información pasada para resolver una actividad o problema. Permite razonar, entender y conectar sucesos y encontrar soluciones.
Para potenciar estas capacidades algunos ejercicios idóneos que se pueden trabajar son:
Juegos de cartas, lógica, juegos de mesa, series combinadas, ejercicios de motricidad y orientación espacial, discriminación visual, juegos de concentración, trabajar las inferencias en textos cortos, trabajar la ironía, juegos de memoria como buscar las parejas, continuar historias…incluso el uso de ciertos videojuegos de manera controlada y educativa pueden ser un buen entrenamiento en funciones ejecutivas.
El buen funcionamiento de las funciones ejecutivas, trabajado a edades tempranas previene gran parte del fracaso escolar en cursos superiores. Estas capacidades o habilidades son básicas en las técnicas de estudio que se requieren en Secundaria y Bachillerato, pero que muchas veces no se enseñan específicamente en el aula y muchos niños/as tienen más dificultades para adquirirlas por sí mismos.
Junto a la inteligencia emocional, el entrenamiento en funciones ejecutivas es una de las asignaturas pendientes del currículum escolar, por lo que es importante potenciarlo desde casa y saber de las carencias de cada persona para ofrecerle las herramientas adecuadas para subsanarlas.

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